miércoles, 2 de mayo de 2012

Imagen Ucrania, golpeada en antesala de Eurocopa fútbol

Nunca se pensó que sería así. Cuando Ucrania fue nombrada co-anfitriona de la fiesta más grande del fútbol europeo en el 2009, sus líderes festejaron la designación como un hito en el camino para unirse al continente. Una emocionada Yulia Tymoshenko, primera ministra en ese entonces, dijo a sus compatriotas que su gobierno había logrado unir al país para hacer que el sueño sea posible. Su jubiloso tono de voz anticipaba que la ex república soviética sonreiría al mundo durante la Eurocopa 2012, que organiza conjuntamente con Polonia. Eso fue en diciembre del 2009. En estos momentos, poco antes de que Ucrania debute como sede del torneo el 9 de junio, Tymoshenko se encuentra en prisión en medio de una huelga de hambre, con moretones debido a una supuesta golpiza de los guardias en la cárcel. Líderes occidentales, algunos de ellos de selecciones que competirán en el Eurocopa, han reaccionado con horror. Encabezados por Alemania, líderes de varios países de la Unión Europea han suspendido las visitas programadas a Ucrania en protesta por el trato dado por el Gobierno del presidente Viktor Yanukovich. En medio de rumores de un posible boicot a la ceremonia de apertura el 8 de junio, Ucrania ha acusado a las potencias del continente de recurrir a las tácticas de la Guerra Fría. Una serie de explosiones con bombas la semana pasada, que dejaron 30 heridos, han planteado preocupaciones de seguridad. El Gobierno dice que los atentados fueron organizados por fuerzas que buscan desestabilizar a la nación. La oposición ha dejado entrever que las bombas podrían ser obra de las autoridades con el objetivo de desviar la atención sobre lo que pasa con Tymoshenko. El juicio y posterior condena a Tymoshenko a siete años de cárcel por presunto abuso de poder ya le ha costado a Ucrania un histórico acuerdo político con la UE. La firma del pacto ha sido puesta en espera indefinida. Incluso Rusia, el poderoso vecino de Ucrania, ha reaccionado con molestia con el Gobierno de Yanukovich. "La persecución de los opositores políticos (en Ucrania) es absolutamente inaceptable", dijo el presidente ruso, Dmitry Medvedev, la semana pasada. Algunos creen que Yanukovich, también bajo la presión de Estados Unidos en el tema, liberará a Tymoshenko, o por lo menos la dejará ir a Alemania para recibir tratamiento médico. Pero él se ha negado a ceder en el tema desde que Tymoshenko fue sentenciada en octubre, pese a la intensa presión de la UE. ¿CRITICAS INJUSTAS? La Revolución Naranja, unas protestas callejeras ocurridas en 2004 y 2005 contra de la inmoralidad y la corrupción en el país, hizo que Ucrania ganara muchos simpatizantes en Occidente. Por esta razón, para Ucrania gran parte de la reacción europea es inesperada e injusta, especialmente teniendo en cuenta sus enormes esfuerzos para reformar una ruinosa infraestructura de forma rápida, con el objetivo de que se ajuste a los parámetros de ser sede de uno de los mayores eventos deportivos de Europa. En menos de dos años, se han construido miles de kilómetros de nuevas carretera y modernos aeropuertos, se han instalado trenes de alta velocidad para unir las sedes y el estadio Olímpico de Kiev, donde el 1 de julio se jugará la final del torneo, fue completamente renovado. El presidente de la UEFA, Michel Platini, quien ha recorrido las sedes en los últimos dos años y muchas veces criticó a Ucrania a lo largo del camino, reconoció el gran esfuerzo. "Felicito a todos los responsables de los preparativos de Ucrania", dijo a fines del 2011, mostrando un pulgar hacia arriba. Sin embargo, muchas críticas respecto a la capacidad de Ucrania para ser sede del evento se han mantenido. Los últimos dardos apuntan a los excesivos precios que están cobrando los ucranianos para recibir a los miles de visitantes que se espera acudan a presenciar los partidos. Incluso Platini calificó a los hoteleros ucranianos de "bandidos y estafadores" por incrementar hasta 10 veces los precios en las cuatro sedes del país que albergarán el torneo: Kiev, Lviv, Járkov y Donetsk. El gobierno, que espera que al menos un millón de hinchas visite Ucrania, ha tratado de frenar a los hoteleros con investigaciones antimonopolio. De todos modos, hay indicios de que muchos aficionados están optando por quedarse en casa y seguir los partidos de su equipo por televisión en lugar de viajar a Ucrania. DILEMA DE YANUKOVICH Yanukovich, un hombre corpulento que gobierna Ucrania desde febrero del 2010, tras una estrecha victoria sobre Tymoshenko, espera que la Eurocopa infunda a las personas un poco de alegría en medio de las crecientes dificultades económicas que amenazan el éxito de su partido en las elecciones de fin de año. El gobernante tiene un gran prestigio entre la poderosa elite ucraniana y éste se afianzará con un torneo de fútbol exitoso. El fútbol en Ucrania es un potente símbolo de riqueza y poder y muchos clubes de la liga doméstica están en manos de ricos industriales. Por esto, la liberación de Tymoshenko, enemiga por años de muchos oligarcas, todavía no parece una opción para Yanukovich. La carismática política amenazó los intereses comerciales de muchos multimillonarios ucranianos cuando estaba en el poder. "Personalmente, creo que es difícil que él (Yanukovich) libere a Tymoshenko. Una de las razones es que sentirá que se mostraría débil", dijo Olga Shumylo-Tapiola, profesora visitante en la Carnegie Europe. En tanto, las amenazas de boicot de los políticos europeos se están multiplicando. El presidente checo, Vaclav Klaus, y su par alemán, Joachim Gauck, cancelaron su participación en una cumbre de presidentes de Europa central en Yalta, un centro turístico ucraniano del Mar Negro, entre el 11 y el 12 mayo, por el caso de Tymoshenko. Un portavoz del Gobierno alemán ha dicho que cualquier visita de la canciller Angela Merkel durante el torneo estará vinculada al destino de la ex líder. En Bruselas, una portavoz del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijo que el portugués no tomará parte en ningún evento en Ucrania por la situación de Tymoshenko. Los ucranianos están divididos por este caso y la reacción de Europa. "El fútbol no se trata de boicots. El fútbol es el fútbol y se debe permitir que tenga lugar en cualquier condición", dijo Serhiy, un transeúnte en una calle de Kiev. Sin embargo, Anatoly Shirokov, un empleado de una academia ucraniana, respalda que los políticos europeos presionen a Yanukovich. "Europa juega según sus reglas, y éstas observan los derechos humanos y donde no hay ejercicio de transparencia democrática del poder (...) como el simulacro de juicio de Yulia Tymoshenko", sostuvo. Lo cierto es que Tymoshenko parece ser capaz de crear problemas para Yanukovich incluso en la cárcel. Járkov, la ciudad donde está detenida, será sede de tres partidos en la fase de grupos. Con la ciudad inundada de periodistas extranjeros, Yanukovich es consciente de que Tymoshenko será capaz de crear problemas diplomáticos sin moverse de su cama en la prisión.

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