martes, 8 de mayo de 2012

Así están Polonia y Ucrania a un mes de la Eurocopa

A las seis de la tarde del ocho de junio empezará a rodar el balón en el Estadio Nacional de Polonia, en Varsovia, el que será el partido inaugural de la Eurocopa de 2012. Desde que en 2007 Polonia y Ucrania fueron designadas como las organizadoras, se pusieron a trabajar para solucionar todos los problemas, que no eran pocos. La falta de infraestructura fue el principal hándicap que se encontraron los dos países, pero no el único. El escándalo arbitral que surgió en Polonia en 2008, el retraso en la construcción de los estadios y la crisis económica hicieron que en ese mismo 2008 hubiera rumores que decían que la UEFA podría encargar a Escocia la responsabilidad de organizar el torneo. Al final, Michel Platini, presidente de la UEFA, desestimó la opción de cambiar de sede y los dos países co-organizadores se pusieron a resolver los problemas. Infraestructura Lo primero que Polonia y Ucrania debían hacer eran los estadios. Ambos países tuvieron que invertir gran cantidad de dinero para la construcción de varios estadios que, en 2007, eran sólo proyectos. Pese al retraso acumulado por varios de ellos, en gran parte por la crisis, todos se han acabado a tiempo y se han ido inaugurando, como tarde, entre 2011 y 2012. En el apartado de infraestructura hay que añadir también el dinero que están invirtiendo ambos países en mejorar sus comunicaciones. Especialmente preocupante era, y es, el estado de algunas carreteras y de las líneas de ferrocaril y, aunque se han logrado mejoras, las obras no estarán acabadas para la Eurocopa. Esto provocará que los desplazamientos entre ciudades sean más largos de lo previsto inicialmente. Especialmente preocupante es el estado de la autopista que atraviesa de norte a sur Polonia y que pasa por Ucrania hasta Lviv (sede del torneo). El primer ministro polaco Donlad Tusk dijo hace mes y medio que las obras de dicha carretera no estarían listas para junio, aunque "no debería tener influencia en la Eurocopa", matizó. Hoteles Otro aspecto importante a la hora de organizar un evento tan importante, es la capacidad hotelera del país. Ante el insuficiente número de plazas que ambos países tenían cuando fueron elegidos como sedes, invirtieron grandes cantidades también en la construcciónde hoteles. Sin embargo, la crisis económica provocó que se llegaran a detener la inmensa mayoría de las construcciones. Finalmente, y como ocurrió con los estadios, se acabó más tarde de los previsto, pero se acabó. El número de plazas dejó de ser un problema. Lo que no está tan claro, y puede aún ser un gran hándicap, es el precio de las mismas. Y es que hasta hace menos de un mes los hosteleros ucranianos habían inflado los precios aprovechando la ocasión. Hasta tal punto subieron los precios que el Gobierno se planteó la posibilidad de que acudieran menos visitantes al país y por ello se vio obligado a intervenir. El mes pasado Markian Lubkivsky, jefe del comité organizador de la Euro en Ucrania, se reunió con el sector de la hostelería ucraniano para pedir que bajaran los precios haciéndoles saber la posibilidad de que bajara el número de turistas futbolísticos. Tras dicha reunión, parece que los hosteleros cumplieron con su parte del trato y rebajaron un poco el coste del alojamiento; aunque el gobierno ucraniano sigue atento a las evoluciones de los precios. El último conflicto: el caso Timoshenko Por si todo lo anterior fuera poco, el caso Timoshenko ha provocado que la Unión Europea y algunos países de la misma hayan decidido no acudir a la Eurocopa, como suele ser tradicional. El pasado 20 de abril la ex primera ministra se puso en huelga de hambre para protestar por el maltrato físico que estaba recibiendo desde su detención. Timoshenko está acusada de abuso de poder desde agosto de 2011, pero se defiende diciendo que se trata de una venganza personal del actual presidente Víktor Yanukovich. Parece que Europa, con Angela Merkel a la cabeza, están del lado de la Dama Naranja y parece que se está gestando un boicot por el cual ningún líder de la Unión Europea acudiría a presenciar en directo ningún partido. Todo un golpe a la imagen de una Ucrania que tiene muchos intereses en llevarse bien con la Unión. A este nuevo quebradero de cabeza, que parece no tener solución cercana, se le une el de los atentados que tuvieron lugar en la ciudad ucraniana de Dnipropetrovsk, la tercera del país, hace unos días. Allí estallaron cuatro bombas que dejaron una treintena de heridos, perjudicando la imagen del país y dejando en entre dicho la seguridad del mismo. Así pues, quedan treinta y un días para que Polonia y Ucrania se conviertan en el centro neuráligo del mundo del fútbol. Con casi todo resuelto, solo cabe esperar que salga lo mejor posible. Si la gente habla de lo que pasa en el césped y disfruta del espectáculo, será una señal de que Ucrania y Polonia, pese a todo, habrán cumplido con la tarea que se las encomendó.

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